Curioso, cuando uno tiene más que contar, es cuando se tiene menos tiempo para escribir.
Las últimas cuatro semanas han sido complicadas frente a una serie de eventos que no podían ser dejados de lado por más tiempo. Llegó el momento de tomar decisiones y de asumir nuevas responsabilidades y posicionamientos.
Me cambié de domicilio y el asumir una posición al respecto no fue fácil. Muchas cosas fueron dejadas atrás; no materiales, no confortables; más bien emocionales - vaya que sí - y el asumir el fin de un periodo que quise alargar lo más que pude. Una época intensa y con grandes momentos que me construyeron y fortalecieron como individuo; que disfruté y en el que exploré nuevos espacios y situaciones. Lo mejor de todo fue hacerlo acompañado y no en solitario.
Sin embargo eso queda atrás. Tiene su lugar y valor, por supuesto. Ahora estoy en un nuevo momento y con nuevas decisiones que tomar a partir de un planteamiento imprevisto de visita al cine.
Todo está bien, aunque estuvo fatal. Pero esto no es un capitulo cerrado, el planteamiento sigue en el aire.