EL D.F. es infinito en contrastes y estilos de vida, lo que se refleja en espacios que han sido importantes a lo largo del tiempo. Muchos de ellos han corrido con suerte y siguen siendo parte importante de la vida cotidiana de su barrio o del imaginario citadino. Los que no logran mostrar vigencia y funcionalidad, trascendiendo su tiempo, pierden propósito y contexto, se convierten en una estructura más entre miles, destinadas al olvido y el deterioro.
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