viernes, febrero 09, 2007

DE NUEVO BUÑUEL

Otro encuentro con el cine de Buñuel. Por casualidad encontré Viridiana en uno de los canales de películas mexicanas del servicio de tv por cable, entre ficheras y dramones moralinos (contradicciones del cine mexicano).
Con una Silvia Pinal hermosa que permite entender porqué el director tomó a Brigitte Bardot como musa en la última etapa de su carrera - hay un parecido entre ellas que no se puede negar -, y con un elenco ecléctico y sólido se construye un refugio ficticio en donde la miseria humana (de pobreza y decadencia) es el principal referente.
Las imágenes son más lineales que en otras películas de su autoría, sin embargo, el fetichismo de la protagonista con las referencias religiosas y la "foto" de la "última cena" son suficientes para generar esa deliciosa reacción de asombro e incomodidad.
Un conjunto de indigentes son cobijados por una hermana caída en desgracia que, siendo burguesa al fin y al cabo, se asume como salvadora del singular grupo. Hombres y mujeres reciben de esta forma alimento y vivienda. Pero no hay tal paraíso.
Las dinámicas del grupo en cuestión son violentas, cruentas, sórdidas y egoístas, dejando claro que esta idea de comunidad no existe entre ellos. La sociedad los expulsó y los olvidó, por lo que ellos no le deben nada a ésta. Su situación no les permite caer más bajo y no tienen nada que perder, reflejando hasta cierto punto lo peor de la condición humana. El respeto entre ellos y hacia ellos mismos no existe.
A pesar de mostrarse dóciles y agradecidos ante su benefactora, en la "última cena" la farsa ya no puede ser mantenida. Salvadora y salvado tendrán que enfrentar su realidad.

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