lunes, mayo 14, 2007

SANTA MARÍA LA RIBERA



En las últimas semanas, en el Centro donde trabajo hemos enfocado gran parte de nuestros recursos en un proyecto cultural en la Col. Santa María la Ribera.

Esta colonia que tuvo su origen a finales del s. XIX (1864) con el fraccionamiento de varios ranchos como el llamado "El Chopo", dio inicio a una etapa de extensión de la ciudad y de modernidad urbana en pleno porfiriato.

Clase media constituida por profesionistas, intelectuales, funcionarios y parte de la clase política se desplazaron a estos nuevos lugares que ofrecían un mejor ambiente que el del centro tradicional de la capital.

Durante principios del s. XX, construcciones que son emblemas arquitectónicos de la ciudad, y del imaginario de quienes la habitamos, se levantaron o fueron reinstaladas en esta zona: el kiosko morisco; el "palacio de hierro", actual Museo del Chopo; el Museo de Geología, el Templo de los Josefinos y numerosas residencias de influencia neoclásica que se mezclan con el periodo colonial representado por la Casa de Mascarones, actual CELE de la UNAM.

A pesar de este pasado, el descuido y el abandono de las construcciones han mermado el estatus y la condición de la colonia. El eje 1 norte dividió sin más la vida popular y cotidiana del sitio, además de sufrir problemas de limpieza y de vinculación histórico-cultural con el resto de la ciudad.

Sin embargo, este barrio se mantiene en pie y nos muestra una cara de lo que se planteó como el futuro urbano de nuestra ciudad y de las posibilidades de convivir de manera plural y diversa al encontrarse alojados en este punto distintos credos religiosos, comunidades, oficios y museos que enriquecen en muchos sentidos esta zona de la Ciudad de México.

miércoles, mayo 09, 2007

COLOQUIO INTERNACIONAL DE MIGRACIÓN

En días pasados participé por casualidades de la vida en un coloquio internacional sobre migración. He de confesar que no tengo experiencia y conocimiento en el tema, pero la oportunidad de asistir a este tipo de eventos no se deja pasar.

Migrantes de Tunez, Argelia, Mali, Francia, Brasil, Chile, Bélgica y México compartieron sus experiencias y su sentir como actores centrales de un problema que usualmente es abordado por los gobiernos y los organismos internacionales ante la sociedad como cifras, estadísticas, estereotipos y fuentes de ingreso económico a nuestras pecualiares economías bananeras; sin embargo, después de escuchar las "otras" realidades africanas más allá de la guerra y las hambrunas, y el pesimismo frente al nuevo gobierno francés y su política migrante, el diálogo inició y se enriqueció con cada uno de los enfoques de los grandes flujos migratorios de nuestro tiempo: Norteamerica, Europa y el interior de China.

El "derecho" a migrar y sus varientes teóricas se derrumban en la práctica y se demostró claramente en la opción entre el decidir salir y el tener que salir como realidades muy diferentes.

El repensar el tema migratorio con un enfoque humano y con perspectiva de DDHH dio pie a una rica discusión en la que a partir del taller, se reorientó el tema al asumir el punto de partida con la humanidad y dignidad de la persona en movimiento y su familia, el derecho a un libre transito y un libre establecimiento, la obtención de los derechos sociales y no sólo cívicos a partir de un trabajo que enriquece a un país o región, así como el dialogar sobre la nostalgia y la identidad como un duelo y un enriquecimiento cultural que se encona en la decisión de integración o resistencia en los países destino.

La problemática de cómo hacer valer los DDHH, incluyendo los DESC, tanto en el país de origen, el de tránsito, el receptor y el de retorno, debe iniciar pues desde las organizaciones, clubes, asociaciones de la sociedad civil y alianzas entre éstas con el propósito de empoderar al migrante y hacerlo conciente de la exigibilidad de sus derechos una vez que las condiciones sean propicias para un cambio, como lo es actualmente en USA.

En fin, una buena experiencia, llena de metáforas y de convergencia cultural y social frente al tema. La población mundial y sus flujos no responden ahora exclusivamente a una nación o país, argelinos, criados en Tunez y de nacionalidad francesa tienen más de una nación, entrando en juego la deseada nacionalidad multinacional.