A pesar de que por años visité regularmente el D.F. y que tengo algún tiempo de vivir aquí, no había visitado este lugar. El conjunto está ubicado a un costado del Eje Central, rodeado por un área densamente poblada.
La zona arqueológica es extensa y con edificaciones de gran tamaño y en buen estado, incluso los glifos se conservan. El templo de Santiago es también buen punto. Sus frescos y el final de la nave central son muy recomendables.
La explanada principal es pequeña -la imaginaba más grande. El lugar es importante por obvias razones y cuenta con un bloque conmemorativo a los caídos en 1968. Uno busca el edificio Chihuahua y observa, en compañía del imaginario y el background colectivo.
Por otro lado, el lugar está descuidado. El temazcalli, el pasto y los alrededores dejan mucho que desear y esto en gran medida a que no se cobra el ingreso al sitio. El ocaso de la unidad habitacional es evidente, sin embargo, visto con optimismo, la plaza luce añeja y con mucho estilo retro -sólo hay que recordar la Torre de la SRE. Eso sí, no creo que sea buena idea estar ahí después de las 5 pm.
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